La Tercera
El presente y las proyecciones de los 15 chilenos clasificados a una cita que debiese haber comenzado ahora, pero que se aplazó a 2021. La nadadora hace 16 años fue abanderada en una ceremonia como la que estaba programada para hoy.
Kristel Köbrich está en Córdoba, Argentina. La nadadora fue abanderada en el desfile de Atenas 2004, su primera experiencia olímpica, y originalmente hoy debía estar en Tokio, en la ceremonia de inauguración de los Juegos, los quintos para ella. Pero en Argentina espera qué va a pasar en el corto plazo con la pandemia de coronavirus.
”Sobre este viernes (hoy), qué puedo decir, Desde que se dijo que este año ya no se hacían los Juegos Olímpicos, desde ese momento, ya empezamos a trabajar con otro chip, sabiendo que lo real es que este año no se hacen. Todo está inestable, eso lo sabemos y trabajamos con esa realidad también”, dice la nadadora.
La pupila del entrenador cordobés Daniel Garimaldi se toma todo con calma. La suspensión de la cita, la espera de un año más a los 34 años, no la complica, como también tomó con tranquilidad cuando se incluyó en el programa olímpico su prueba favorita, los 1.500 metros. “Estamos en un proceso nuevo, distinto, trabajando para ser mejor deportista de alto rendimiento, con objetivos, pero que pueden cambiar también”.
¿Qué quiere decir una frase como esa? En ningún caso dejar de considerar los Juegos Olímpicos como el evento más importante para la experimentada nadadora. “Por ejemplo, hay torneos programados en Estados Unidos, pero ahora ese país volvió en muchos lugares a la fase 1 y cerró todo, así que no sé si mantendrán esos campeonatos en noviembre y diciembre. A eso me refiero”, explica Köbrich.
Así como esas competencias en Norteamérica, que fue donde la chilena consiguió la clasificación en marzo del año pasado., no son seguras, no hay nada fijo en el calendario de la FINA. “No hay ningún torneo en vista confirmado, ni tampoco algún calendario más o menos armado. Todas son suposiciones. Lo único ‘cierto’ son los Juegos Olímpicos del próximo año”, confirma la santiaguina.
Córdoba, y Argentina en general, tuvo durísimas medidas de confinamiento desde el origen de la pandemia. Hace muy poco que la deportista se puede mover a un recinto que ni siquiera tiene medidas olímpicas. “Estamos entrenando en una piscina de 25 metros, somos 16 nadadores de la ciudad, con distintos horarios, grupos divididos, con protocolos súper estrictos. Es un club en que gestionó la Federación de Córdoba con el gobierno local. Así que feliz y agradecidos por eso”, dice.
¿Agradecidos? La nadadora ahonda: “Es que estoy agradecida de ya volver a la rutina, bastante cerca de lo que fue antes de todo esto. Soy privilegiada y solo deseo que pronto y de a poco pueda volver más y más al agua, un hábitat poco común y del que se pierde mucha sensibilidad”.